Obras autobiográficas. A éstas pertenecen las Confesiones y las Retractaciones: la primera reconociendo sus pecados, la segunda retrayendo sus errores teóricos. En una de ellas somete su vida, en la otra sus escritos, a una crítica cerrada; y estas producciones constituyen, por lo tanto, la mejor norma para juzgar toda su obra.
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Obras más importantes de San Agustín
Las Confesiones son el producto más provechoso, al menos el más edificante, de su pluma; de hecho, podemos decir que es el libro más edificante de toda la literatura patrística. Fueron, por consiguiente, las más leídas incluso en vida,4 y han sido las más frecuentemente publicadas desde entonces.5 Nunca se escribió un libro más sincero y más serio. La parte histórica, hasta el décimo libro, es uno de los clásicos de la devoción de todos los credos, y segundo en popularidad sólo por la "Imitación de Cristo", de Thomas a Kempis, y el "Progreso del peregrino" de Bunyan.
Salvador misericordioso
Ciertamente ninguna autobiografía es superior a ella en verdadera humildad, profundidad espiritual e interés universal. Agustín registra su propia experiencia como un sensualista pagano, un hereje maniquí, un inquieto investigador, un sincero penitente y un agradecido converso. Él encuentra una respuesta en cada alma humana que lucha a través de las tentaciones de la naturaleza y el laberinto del error al conocimiento de la verdad y la belleza de la santidad, y después de muchos suspiros y lágrimas encuentra el descanso y la paz en los brazos de un Salvador misericordioso.
Pecados de Agustín
El estilo no está libre de los defectos de una retórica artificial, de períodos implicados y de paronomasias descabelladas; pero estos defectos son más que expiados por los pasajes de belleza inmarcesible, el espíritu devoto y el tono de salmo del libro. Es el incienso de una mística sagrada del corazón que se eleva al trono en lo alto. El mundo no habría conocido nunca los pecados de Agustín, si no los hubiera contado; ni eran de tal naturaleza que destruían su respetabilidad en la mejor sociedad pagana de su época; pero debemos admirar aún más su honestidad y humildad.
"Verdad y Ficción" de Goethe
Las "Confesiones" de Rousseau y la "Verdad y Ficción" de Goethe pueden compararse con las de Agustín como obras de raro genio y de absorbente interés psicológico, pero están escritas con un espíritu radicalmente diferente, y al intentar exaltar la naturaleza humana en su estado no santificado, tienden tanto a exponer su vanidad y debilidad, como la obra del obispo de Hipona, siendo escrita con un solo ojo para la gloria de Dios, eleva al hombre del polvo del arrepentimiento a una nueva e imperecedera vida del Espíritu. 2
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